lunes, 28 de julio de 2008

Hugo y Cassandra

Bueno, ahora que mi portátil ya tiene batería, aquí estoy dispuesta a contar mi nuevo proyecto.
Lo cierto es que me gusta mucho escribir, pero aún no he conseguido terminar ninguno de los libros que empiezo por el simple hecho de que nunca encuentro un final a mi gusto.
Hay una historia, que tengo más o menos en mente, que se llama La familia Libray, pero que no hay forma de terminarla (Sólo estoy en el planning, me he propuesto no escribir nada hasta que esté plenamente planeado) así que mientras que espero a que me venga la inspiración divina, estoy escribiendo lo que fue un sueño una noche y que poco a poco conseguí convertir en una historia coherente. La cosa es que sólo llevo 13 páginas y como lo he sacado de un sueño, hay ciertas cosas que no tienen ni pies ni cabeza, pero al menos tengo algo para escribir, ya que el libro que estaba escribiendo antes que este, Resurrección, no avanza ni un pelo porque el chico que la escribe conmigo no da señales ni de vida, ni de tener la más miníma gana de escribir. Así que cómo necesito escribir algo, lo que sea, pues me he puesto con esta historia nueva a la que he puesto, provisionalmente, Hugo y Cassandra, porque así es cómo se llaman los dos protagonistas.

Respecto a lo que estoy leyendo, ahora estoy con Jaque Mate, el libro que me regaló el Sensei y lo cierto es que es genial, como todo lo que Jostein Gaarder toca. Es un autor seguro, cuando me voy a por sus libros. Sobretodo porque toca muchos temas filosóficos y la filosofía es uno de mis temas predilectos. Así que estoy como pez en el agua leyéndolo. Hasta ahora lo poco que he leido de Jostein es El mundo de Sofía, que lo leí cuando era más pequeña y me encantó, de ahí mi gusto por la filosofía (y por el sombre de Sofía). Además de ese, he leido alguno de esos que escribe para niños y que una de mis amigas tenía en su estantería, pero ni siquiera recuerdo cómo se llama. Aún me queda mucho por leer, la verdad.

Y bueno, supongo que eso es todo por hoy. Me terminé ayer el de Agatha Christie y lo cierto es que no me ha gustado tanto como otras veces: no sé si era por el hecho de que lo único que quería era leerlo rápido para poder leer Jaque Mate o por que estoy tan acostumbrada a leer a Sherlock Holmes que Hercules Poirot se me hace extraño.
Cosa curiosa, porque he leído mucho más de Christie que de Conan Doyle, pero nunca me costó habituarme de Poirot a Sherlock, como me está ocurriendo ahora.
Es lo que tienen los grandes detectives, que chocan personalidades.

Ah, por último, ayer hecharon en la tele Haru en el reino de los gatos, de Hayao Miyazaki, y como hacía siglos que no la veía (y aunque la pillé empezada) me puse a verla y la verdad es que el Barón me recuerda bastante a Sherlock Holmes; así tan estirado y con el bastón y el traje... Lo cierto es que me encanta esa película, como todas las que ha hecho Miyazaki, aunque la que menos me llamó la atención fue La princesa Mononoke, quizás por lo desagradable que puede llegar a ser en algunos instantes. Y mi favorita es El castillo ambulante.
Me encanta la extravagancia que pone Hayao en todas sus películas, son cómo sueños incoherentes pero que no por eso dejan de gustarte.

Ahora ya sí que digo adiós, puesto que quiero avanzar un poco en Hugo y Cassandra, ahora viene la mejor parte.
Mañana volveré contando maravillas de Jostein, supongo.
Hasta entonces,
Nos vemos

No hay comentarios: