sábado, 26 de diciembre de 2009

Where the lines overlap

Welcome back!

Vengo más british que nunca y con muchos libros (y experiencias) en el bolsillo.
Londres es increíble. Yo ya llevaba una buena base literaria sobre la que buscar, aunque en tres días no he podido ir ni a la mitad de sitios que pretendía.
Yo quería ir a Webmister Abbey, donde están enterradas Jane Austen, las Bronte y unos cuantos escritores más, pero sólo pude verla por fuera. Aunque a penas me acordé de ellas al ver el Big Ben: después de haber leído tanto su descripción, después de haber visto tantas películas, al tenerlo delante 1: se me quedó la boca abierta (y hacía mucho frío, que conste, que era de noche), 2: me enamoré de él (más que de el David de Miguel Angel, que hasta ahora se llebaba la palma) y 3: empecé a no comprender a V ¿Cómo querer destruir algo así?
Literariamente hablando, no he podido ver mucho de Londres. Me costó Dios y ayuda convencer a mis acompañantes para ir a Baker Street, ya que ellos argumentaban que Sherlock Holmes no existía, y que por lo tanto el 221 b era un lugar obsoleto. Al final, el último día y tras muchas súplicas conseguí que me llevaran: lo flipé.
Me hice una foto en la puerta de la casa con un Bobby de la época, el cual me colocó un gorro y una pipa en plan Sherlock. Toda la calle estuvo riéndose un rato a mi costa, pero yo estaba tan felíz que me hice polvo los carrillos de tanto sonreír. No tuve tiempo de entrar al museo, pero sí que estuve un rato en la tienda: entre otras cosas (como la placa de Baker Street, que cuelga orgullosa en mi cuarto, o una postal con forma de cartel de la consulta de Sherlock) me compré dos libros de Holmes. Ya los tengo todos en español, pero me ví ante las ediciones inglesas, preciosas, y no me pude resistir. Son tan exclusivas que no he conseguido encontrar una imagen en internet en condiciones de ellas para ponerlas. Uno de ellos es The case-book of Sherlock Holmes, que fue el último que adquirí en español y como todavía no lo he leído (y los demás sí) me lo agencié para leerlo primero en inglés. Me acordé mucho de 84, Charing Cross Road, porque estaba encuadernado con cinta de punto de lectura y los cantos dorados, cosa que le llamaba mucho la atención a Helene Hanff en el libro.
Tambien compré otra edición de The hound of the Baskerville and The sign of the Four los dos juntos en una edición de tapa dura, recubierta de piel verde, con fotos del sabueso y con un mapa interior del páramo dónde se desarrolla la primera historia. Me enamoré del libro cuando lo ví.

Tambien fui, ahora que me acuerdo, en la primera noche que pasé en London al 84 de Charing Cross. No encontraba la placa que indicaba el lugar, porque tenía claro (me había metido en la web para comprobarlo) que la librería no existía. En su lugar hay un restaurante, pero en una de las esquinas queda una placa que reza lo siguiente:
No pude hacerme una foto, porque era de noche y no se veía nada, pero cuando me puse de puntillas y la toqué fue como estar viendo la vieja librería. Además, no muchas personas pueden jactarse de haberse tomado media pinta de cerveza en un pub en frente del 84. Disfruté en Londres como una enana.

Los demás libros llegaron después, en el aeropuerto. Porque en Londres los libros están muy baratos. Lo demás es carísimo, pero yo alucinaba con los precios de los libros. Además, aquí los libros en inglés valen más caros aún que en español.

Pues en el aeropuerto de Gadwick estuve buscando, y hay miles de millones de libros de vampiros, muy baratos. Todas las sagas de Crepúsculo, True Blood, los vampiros de Morganville, the Vampire Diaries (aunque no estaba el de Nightfall, que es el que yo estaba buscando), la saga de la casa de la noche... De todo. Peero yo estaba mirando cuando ví el 6º y por ahora último libro de Artemis Fowl: the time paradox. Yo ni siquiera recordaba que Eoin (que se pronuncia Owen, por si no ha quedado claro xD) hubiese escrito otro, pero cuando lo ví mi mano fue rápida. Es un buen tocho, así que pensaba que tardaría en leerlo. Además, en inglés leo mucho más despacio que en español. Pero nos cancelaron el vuelo, así que al final tras una noche de insomnio en el aeropuerto me lo tragué entero. Y es genial. Porque es exactamente lo que pedía la historia. Holly y Artemis, madre mía, cómo estaba tardando el asunto! Y aún así, lo deja en Stand-by. Pero es la leche. Como ya no quedaban personas que poner de enemigos, hagamos que Artemis se enfrente a sí mismo, en el pasado. Y menudo capullo estaba hecho.
No me preguntes cómo, pero lo más curioso es que tuvimos que coger un vuelo a Dublín para poder volver a España. Así que, cosas del Destino, yo iba rumbo al país sobre el que estaba leyendo (Artemis no sólo es irlandés, sino que la Mansión Fowl "está" ubicada en Dublín) Antes del vuelo me compré otros dos libros, porque no sabía si la cosa estaba igual de barata en Irlanda, y tampoco el tiempo que nos iban a tener atrapados en el aeropuerto. Al final acabé con un ejemplar de Dead to the world de Charlaine Harris. Sé que en España sale en Febrero, pero lo tenía delante de mis narices, y la cosa se quedó muy interesante la última vez. Además, es mejor leerlo en su idioma original, ¿No?
También me compré un libro llamado Hush, hush de una tal Becca Fitzpatrick. La verdad es que no tengo ni idea de lo que va, pero me gustó la frase, la edición y la temática promete. En cuanto lo lea, diré de que va la cosa. Además la edición está muy bien, en plan metalizado.
Y bueno, creo que voy a parar ya.
Ah, no. Al llegar a casa mi padre me había comprado dos libros por navidad. Por lo visto han puesto una tienda de libros de segunda mano al lado de mi casa. Me había traído El árbol de la ciencia, de Pío Baroja, que tenía ganas de leerlo y El lugar de los murciélagos, de Joan Manuel Gisbert. Me supongo el porque de que me lo haya traído, aunque dudo que la temática ronde en torno a los vampiros.
Bueno, ahora sí que estoy lista. He tardado en actualizar, pero esta me ha salido un tocho impresionante.
Estoy intentado leer el último de Millennium, aunque no me hace mucha gracia. Entre tanto nombre de mafioso sueco me pierdo.
Cuando consiga acabarlo, volveré a dar señales de vida.

Hasta entonces,
See you

Y, aunque no me guste colgar fotos mías, esto es una muestra de cómo están las calles de Londres y de cómo yo me iba parando cada dos pasos.

Merry Christmas!

sábado, 12 de diciembre de 2009

Waiting for the world to fall
























¡Hola!
Aquí de nuevo.
Fastidia mucho esto de que se te borren las entradas cuando estás escribiendolas, así que lo más probable es que esta no me salga como la otra ¬¬
A ver, empecemos por Brooklyn Follies, de Paul Auster. Laura y María me habían hablado mucho de Auster, y la verdad es que yo tenía ganas ya de probar con algo suyo. Aunque la bibliotecaria me insistió en que este libro es completamente diferente a todo lo demás que Auster ha escrito, a mi me dió por empezar por este. Y me ha encantado. Estoy enamorada del libro, en serio. Es genial. No sólo por los personajes, por la impecable forma de narrar, sino porque el argumento, que tampoco es algo del otro mundo (Un agente de seguros retirado y amargado que se va a Brooklyn por hacer algo) pero me encanta la forma en la que Nathan, el protagonista, va encontrándose con una serie de personas que no sólo cambian su vida, porque tambien se notan cambios en su personalidad. Además, Nathan intenta escribir su "Libro de las desgracias humanas", o algo así, y las historias paralelas son buenísimas. Un poco cafres, evidentemente, pero no tienen desperdicio.
He paseado el libro por toda la ciudad: de camino a la facultad, en autobús, en mi sofá, en la cama... No me he separado de él durante una semana.
Después de Brooklyn Follies mi bibliotecaria, Lali, me obligó a sacarme 84, Charing Cross Road, de Helene Hanff cuando le dije que me voy a Londres la semana que viene. Ahora tengo otro lugar más que visitar cuando vaya. Es precioso. El libro es pequeño (pero de Anagrama, por lo que no será barato) y son una serie de cartas que una americana algo impertinente manda a una pequeña librería de Londres, correspondencia que se acaba convirtiendo en más que un intercambio de demanda de libros raros. La verdad, se me pusieron los dientes largos cuando estuvieron hablando de una primera edición de Los cuentos de Canterbury, de Chaucer. Me parece que también mencionan algo de El fantasma de Canterville, uno de mis favoritos. (Por si no lo habéis leído, y tenéis tiempo, aquí está entero: http://es.wikisource.org/wiki/El_fantasma_de_Canterville)
Pues eso, que el libro me ha gustado mucho. Algún día de estos me lo compraré.
Y desde luego que lo recomiendo, es muy rápido de leer y merece la pena. Aunque el final es algo triste, y yo que me lo leí en el autobús, no sabía que cara poner.
Antes de leer 84, también saqué de la biblioteca Seda, de Alessandro Baricco. Recuerdo que este tambien era muy corto, porque me dió tiempo a leerlo en el camino a la facultad. Es un libro bonito, quizas algo parecido a 84 en que no es una historia común, o al menos no una manera al uso de contarla. En Seda pequeños capítulos te llevan hasta Japón. La "chica" de la historia me cayó mal desde el principio, y que conste que no he visto la película, por lo que mi prejuicio anti-Keira Knightley no es válido en este caso. Es un relato extraño, con un final, de nuevo, muy muy triste. Quizás comparta más semejanzas con 84, Charing Cross Road de lo que pensaba.
Ambas historias cuentan con una Helene, ahora que caigo.
Pues eso, debo decir que me está cundiendo a la hora de leer. Todo lo que no me cunde a la hora de estudiar.
También leí Tratado de demonología, de Chesterton. Los relatos cortos me gustaron mucho, aunque los largos no me hicieron mucha gracia, porque eran en plan fábula. No me terminó de convencer.
Por último, terminé de saquear la biblioteca sacando otros dos libros de Auster (que no recuerdo cuales son, y están en el piso de arriba, así que ya los comentaré la próxima vez, cuando me los lea) y el 3º de Millennium, que estaba por fin en la biblioteca, y sin una cola de espera para sacarlo. Sólo llevo unos capítulos, pero está bien por ahora. Continúa con el final del anterior, que me dejó con todas las ganas, sobretodo por el futuro de la inestable Lisbeth Salander.

Pues eso es todo por ahora. Es un poco pronto para decirlo, pero ¡Feliz Navidad!
Me encanta el invierno (L)
Nos vemos!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Where did your friends go?

Bueeeenas!

Aquí, quitando el modo apático que llevo últimamente para comentar algo que me sigue acompañando aunque esté ausente.
Esta semana me ha cundido bastante con lo de leer, pese a la desconcentración de la que hago gala desde hace un tiempo. Me leí Tierra Firme, de Matilde Asensi y la verdad es que no era para nada lo que me esperaba del libro. Me ha gustado bastante, ya que el personaje principal, Catalina Solís, es una mujer que no es la típica dama en apuros de la época, pero tampoco una "transformación" a lo "ahora me hago pirata". Es una autodidacta, por decirlo de alguna manera.
Aunque la verdad es que El último Catón me gusto muchísimo más, ya que fue el primero que me leí con la temática esta se ha puesto de moda ahora en plan "El código Da Vinci", y todo lo que implique viajes y sociedades secretas. El Catón me encantó. También me gustó mucho El origen perdido, de la misma autora, que se me hizo muy corta, angustiante y genial. Bajo mi punto de vista, el estilo de Matilde es muy bueno.

Despúes de Tierra Firme me puse con Si una noche de invierno un viajero, que tenía que quitarlo de mi lista de una vez, sólo para ponerlo en la de libro leídos. El primer capítulo es el mejor de todos, me ha encantado. Es extraño encontrar un libro así, no sólo por la tématica tan enrevesada y extravagante, sino por estar narrado en segunda persona. Aún así el confluir de las demás historias, todas sin conclusión, acaban por hacerte confundir mucho las cosas. Además yo, para seguir con mi rutina, me lo leí de camino a la facultad. Cuando empieza el relato de la universidad con el profesor de idiomas... era tan surrealista y a la vez tan parecido a mi realidad ( y a mi cutre-facultad) que tuve que parar de leer.

Me fui ayer a la biblioteca, y saqué otros cuatro ejemplares; Seda, de Baricco, Tratado elemental de demonología de Chersterton, La Naranja Mecánica (ya por curiosidad) de Abthony Burgess y Brooklyn Follies, de Paul Auster. He empezado por este último, que es del que más ganas tengo, porque llevo tiempo tras Auster, pero hasta ahora no he tenido tiempo para sacarlo y tampoco dinero para comprarlo, ya que Anagrama es genial pero muy cara.

Nada más por ahora, cuando me lea esta tanda volveré
Nos vemos!